miércoles, 29 de abril de 2009

Diseño instruccional, evaluación y recursos educativos abiertos

A partir de las lecturas de este último módulo, he reflexionado acerca de la importancia del diseño y creación cursos, llegando a la conclusión (tardía quizá) de que la esencia o sustrato de un buen curso se encuentra en su diseño instruccional, elemento que, para todos aquellos que nos encontramos inmersos en el mundo educativo, debe influir en la mejora del contenido académico y de aproximación y presentación de recursos didácticos y tecnológicos.

Es en el diseño de un curso donde se planean los objetivos y las estrategias de enseñanza-aprendizaje que se consideren pertinentes para su consecución. Dentro de los principales elementos que deben considerarse en el diseño de un curso podemos señalar la aplicación, creación y utilización de los objetos de aprendizaje (OA).

Los OA son la representación de un esfuerzo conjunto entre los miembros de la Corporación de Universidades para el Desarrollo de Internet (CUDI) para crear objetivos comunes dentro del marco de desarrollo de los cursos en línea, cuya definición de acercamiento podría centrarse en que los OA son recursos tecnológicos reutilizables que apoyan y promueven la adquisición de conocimientos por medio de un aprendizaje significativo.

Existen al menos tres acepciones de los OA, las cuales han ido variando a través del tiempo:

* Entidades digitales o no digitales que pueden ser utilizados, reutilizados o referenciados durante el aprendizaje asistido con tecnología (Comité para la Normatividad de la Tecnología de Aprendizaje, citado en Ramírez 2007: p. 356).
* Cualquier recurso digital que pueda volver a utilizarse para apoyar el aprendizaje (Wiley, citado en Ramírez 2007: p. 356).
* Un objeto de aprendizaje es una entidad informativa digital desarrollada para la generación de conocimiento, habilidades y actitudes, que tiene sentido en función de las necesidades del sujeto y que corresponde a una realidad concreta (CUDI, citado en Ramírez 2007: pp. 356-357).

Entre las definiciones anteriores de los OA, es la última la que debe tomarse como aquella que reúne la mayoría de las características que engloban la esencia de lo que éstos representan; esto es, los OA, desde la perspectiva de la CUDI, deben ser una entidad informativa, estar en formato digital, generar conocimientos, habilidades y actitudes que respondan a una realidad concreta dentro de un universo de sentido para el sujeto que los utiliza (ser relevantes para él).

Esta relevancia para el sujeto de aprendizaje debe estar normada para así poder redundar en un aprendizaje significativo; para que esto se logre es necesario, de nuevo, hacer hincapié en el diseño instruccional del curso, puesto que los OA requieren de componentes pedagógicos y tecnológicos adecuados, preparados por diseñadores instruccionales y expertos en TIC.

Sin embargo, estos OA y los cursos en línea deben ser evaluados para “medir” el nivel de aprendizaje significativo que se ha logrado en el curso. Según Valenzuela (2007), la educación a distancia aún se ve como un modelo de menor validez que la presencial, ya que no se puede confiar en la veracidad de que quienes presentan los exámenes o trabajos sean aquellos alumnos que realmente están inscritos en el curso.Por tanto, se presentan en el texto (Valenzuela, 2007) siete prácticas para la evaluación del aprendizaje en la educación a distancia:

1. La aplicación de exámenes presenciales: Quizá la evaluación más atípica para la educación a distancia, ya que requiere de la presencia de los alumnos en un espacio y tiempo determinado, con lo cual se rompe la flexibilidad y movilidad que se promueve en los cursos en línea.
2. La aplicación de exámenes virtuales: Evaluación que se presenta dentro de las plataformas tecnológicas propias de cada institución, o en cualesquiera otros medios electrónicos que no necesitan de la presencia física del alumno.
3. Asignación de trabajos: Son una fuente de evidencias que permiten el seguimiento del proceso de aprendizaje de los alumnos; los trabajos pueden ser personales o colaborativos.
4. El desempeño en foros asincrónicos de comunicación: Evalúa los procesos de interacción entre los alumnos en un espacio electrónico; el trabajo en los foros puede evaluarse desde dos perspectivas principales, un índice de frecuencia y un índice de calidad.
5. El desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación: Se considera una de las prácticas de evaluación más confiables en la educación a distancia, ya que en ella el profesor puede asegurar la identidad del participante. Funciona por medio de chats, videoconferencias y aulas virtuales.
6. La autoevaluación: Proceso mediante el cual el propio alumno califica su proceso de aprendizaje; esta evaluación personal tiene diversas variantes, ya que puede influir o no en la calificación, puede ser cuantitativa o cualitativa, anónima o pública y, por último, obligatoria u optativa.
7. La coevaluación: Muy similar a la autoevaluación, con la diferencia de que ésta se realiza hacia los compañeros en lugar de a uno mismo. Posee las mismas variantes que la anterior forma de evaluación.

Es tarea de los docentes y los ingenieros que contribuyen a la creación de los cursos en línea utilizar y proponer formas de evaluar los contenidos de los cursos, ya que de ella depende, en muchos sentidos, la continuación y motivación de los alumnos.

Ahora bien, y retomando el diseño instruccional del que se hablaba al inicio, las mejoras y el desarrollo continuo de los cursos en línea dependen, en gran medida, de los Recursos Educativos Abiertos (REA).

Los REA, según la UNESCO (citado en Sicilia, 2007: p. 27), son todos “aquellos materiales en formato digital que se ofrecen de manera gratuita y abierta para educadores, estudiantes y autodidactas para su uso y re-uso en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación”.

Así, me parece que la mejora sostenida en el diseño instruccional de los cursos en línea se verá sumamente beneficiada con los REA, ya que de esta forma se permite que nuevos usuarios accedan a la información y código de creación de los cursos con el fin de entenderlos y mejorarlos significativamente. Asimismo, los REA, entendidos a su vez como contenidos educativos, presentarán un crecimiento exponencial a su divulgación, es decir, mientras más desarrolladores y usuarios tengan acceso a ellos más funcionales se volverán, ya que, como dice Gértrudix, M. et al, 2007: p. 17), la meta es crear un escenario educativo “en el que exista un empleo natural, integrado y eficiente de […] recursos, servicios y aplicaciones pedagógicas, favoreciendo todas aquellas estrategias que permitan una eficaz inclusión digital”.

Por último, sólo deseo comentar que a partir de la apertura de los diseños instruccionales, que son la base de todo curso planeado y justificado, se cimentarán las bases para un desarrollo uniforme en los cursos en línea, así como una apertura de aprendizaje a todos aquellos que, en algún momento, hemos pensado o planeado un curso virtual, tarea que, de un momento a otro, todos nos veremos obligados a realizar.

Referencias:

Gértrudix Barrio, M., Álvarez García, S., Galisteo del Valle, A., Gálvez de la Cuesta, M. C. y Gértrudix Barrio, F. (2007). Acciones de diseño y desarrollo de objetos educativos digitales: programas institucionales. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 14-25. Consulta realizada el 23 de abril de 2009 de: http://www.raco.cat/index.php/RUSC/article/view/58131/68223

Ramírez, M. S. (2007). Administración de objetos de aprendizaje en educación a distancia: experiencia de colaboración interinstitucional. En A. Lozano, & V. Burgos (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. (pp. 351 – 373) Distrito Federal, México: Limusa.

Silicia, M.A. (2007). Más allá de los contenidos: compartiendo el diseño de los recursos educativos abiertos. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 26-35. Consulta realizada el 25 de abril de 2009 de:
http://www.uoc.edu/rusc/4/1/dt/esp/sicilia.pdf

Valenzuela, J. (2007). Evaluación del aprendizaje: prácticas y usos de los recursos tecnológicos. En A. Lozano, & V. Burgos (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. (pp. 377 – 420) Distrito Federal, México: Limusa.